Esta semana hemos empezado a tratar en tutoría el tema de la ADOLESCENCIA. No hace falta- podrían pensar las alumnas- que nos digan cómo es un adolescente, porque soy adolescente. Pero reflexionar un poco sobre lo que me pasa, por qué me pasa y cómo puedo llevarlo mejor... puede ayudarnos a aprovechar esta época que puede ser la mejor época de nuestra vida o... la peor .
Es muy interesante - y a la vez divertido- este fragmento de la película "El patito feoy yo" en el que hace un retrato muy logrado el comportamiento y los problemas de un adolescente:
Después de dialogar sobre este fragmento y otros del rey león, nos intentaremos poner en la piel de nuestros padres. Para ello, leeremos el siguiente
decálogo del PERFECTO DELINCUENTE y debatiremos
si nuestros padres nos educaran así, ¿pensaríamos que nos quieren y se preocupan por nosotros?
1: Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2: No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3: Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4: No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5: Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6: Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
7: Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8: Proporciónele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9: Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10: Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
Este decálogo es de Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, con mucha experiencia en estos temas.