En esta difícil etapa de la adolescencia, nos parece que la actitud que tenemos que tomar es "dejarles vivir su vida", quitarles las normas que hasta entonces tenían y ¡a disfrutar a tope!
Sin embargo, ahora más que nunca necesitan que les marquen unos límites: pocos y claros y les expliquen las razones de esos límites. Su desorientación, ganas de afirmarse, deseos de independencia... tienen que ser canalizados o si no... ¡tenemos un polvorín en casa!
Este artículo puede dar algunas ideas sobre cómo hacerlo.
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